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Piloto de tren descarrilado cumplía un sueño

Es el hombre imputando por 79 homicidios tras el descarrilamiento del tren de Alvia en España. El maquinista Francisco José Garzón cumplía su sueño de ser un piloto de tren. 



Muy pocos sabían que el hombre alto que esperaba en la puerta de la habitación del Hospital Clínico de Santiago no era el familiar de un enfermo sino el policía que lo tenía custodiado. No llevaba uniforme porque no quería llamar la atención y destapar que quien se recuperaba dentro de la sala era el maquinista del Alvia 151 que descarriló el pasado miércoles en Angrois. Los pasillos del hospital estaban regados el sábado de víctimas del siniestro y decenas de periodistas esperaban abajo, en la puerta. Decidieron sacar a Francisco José Garzón por la puerta de Urgencias, esposado y escoltado por dos agentes armados, con lo que ocurrió lo inevitable. Según los testigos, el familiar de uno de los heridos se le acercó y le dijo esto: «Perro, ¡ojalá te pudras en el infierno!». Sus siguientes horas en la celda, a la espera de ver al juez, fueron de profundo abatimiento y nerviosismo. A los que lo conocen les cuesta imaginar que ese episodio sea el último de una vida que nació en las vías y que vivió para los trenes.

Antes de que saliera de la locomotora volcada con la cara llena de sangre y se encontrara con las vías sembradas de cadáveres, antes de que la vida le descarrilara y se le señalara como el principal responsable de 79 homicidios imprudentes, Garzón estaba cumpliendo su sueño. El único imputado por el accidente estaba 'diseñado' para vivir en una locomotora. Si otros niños iban para futbolistas, Garzón soñaba con vagones en los aledaños de la estación de Monforte de Lemos (Lugo) donde trabajaba su padre, también ferroviario, hoy en día fallecido. Nació en una familia de gentes del tren hace 52 años y se crió en las casas de los trabajadores ferroviarios. A día de hoy no se ha despegado de aquellos orígenes y mantiene un apartamento que visita con frecuencia, junto a la estación.

Separado y sin hijos


Monforte ha sido uno de los polos españoles del transporte ferroviario, un título que adquirió en el siglo XIX. Como tantos niños del municipio de 20.000 habitantes, Garzón entró a formar parte de esa hermandad hace treinta años, llenando de combustible las máquinas. «Siempre ha sido un ferroviario de raza», dice un compañero maquinista. A finales de los 90, pasó los reconocimientos psicofísicos, completó los cursos y llegó a ser lo que siempre quiso: conductor. Esa sería en adelante su felicidad y su desgracia. Garzón -separado y sin hijos- trabajó en tres destinos: Barcelona Sants, Madrid Fuencarral y, por fin, La Coruña, donde vive en una casa humilde junto a su madre ya mayor y a donde, de hecho, pidió el traslado para poder cuidarla. Desde que sucediera la tragedia el viernes y hasta que el sábado fuera trasladado a la comisaría, ella le ha acompañado en todo momento. Ahora espera sola en casa y no responde a las preguntas de la prensa.

La responsabilidad de su hijo en el accidente, que se apresuraron a apuntar las autoridades y los mandos de Renfe, no está nada clara para sus compañeros. No saben qué pasó, pero les resulta inverosímil que si se debe a la imprudencia le ocurriera al este maquinista, un tipo con fama de serio, pausado y de prudente. De no saltarse las normas. A veces, en exceso. Entre los compañeros, cuando cualquier tren traía retraso, alguien bromeaba: «Ahí viene Garzón». En la madrugada del jueves el presidente del Sindicato de Maquinistas, Juan Jesús García Fraile, sintió la misma incredulidad cuando levantó el teléfono. Le llamaban de la estación de Fuencarral, en Madrid.

-¿Quien lo llevaba?

-Garzón.

-No puede ser él.

Piloto del tren descarrilado en España subió a Facebook foto a velocidad excesiva

El nombre del piloto del tren que se descarriló en España es Francisco José Garzón Amo y en su cuenta de Facebook compartió una foto del transporte a una velocidad excesiva. 



Foto del perfil del piloto del tren descarrilado en España.
En marzo del 2012 Garzón subió una foto a su perfil de Facebook en la que presume haber alcanzado los 200 kilómetros por hora. Un velocímetro señala la rapidez con la que viaja y en los comentarios de la fotografía resalta: "Estoy en el límite, no puedo correr más, sino me multan". Uno de sus amigos en la misma red social le advierte: "Como te pille la Guardia Civil te quedas sin puntos jeje". Otro le escribe: "Qué gozada sería ir en paralelo con la Guardia Civil y pasarles haciendo saltar el radar jeje. Menuda multa para Renfe jeje".

Su perfil fue eliminado al igual que la fotografía.

El tren viajaba a 190 kilómetros por hora cuando se descarriló, el límite era de 80 Km/h.

Garzón está hospitalizado y custodiado por la policía luego de ser imputado por el accidente de tren en España.


El siguiente suceso nos deja en la reflexión varias cosas:


  1. Las señales de tránsito  no están ahí por gusto. Hay personas que se han encargado de establecer límites que en nuestra decisión está tomarlos o dejarlos. A la próxima ten en cuenta de pensar que estos límites existen para resguardarnos, protegernos y llevar una vida armonía con las demás personas. No obedecer estas señales quiere decir que nosotros mismos queremos tomar el riesgo de que nos pueda suceder algo. 
  2. Cuando uno es responsable de vidas ajenas, es el mejor momento para prestar atención a todo lo que pueda pasar. La velocidad no es mala, recuerdo haber hasta piloteado aviones a excesiva velocidad en una de mis películas, sin embargo hay formas y momentos de poder disfrutar de las altas velocidades. La menos apropiada es cuando de nosotros depende la seguridad de los demás. 

Ver: Vídeo del tren que se descarrila en España.

Vídeo del descarrilamiento del tren en España

Un tren se descarriló cerca de Santiago de Compostela durante el trayecto que cubría las ciudades españolas de Madrid y Ferrol. Los muertos suman aproximadamente 70 muertos y más de 100 heridos de gravedad. 



A 3 kilómetros de Santiago de Compostela el tren se descarriló y fue captado por una cámara mientras el infortunado evento sucedía. En el transporte viajaban 218 personas además de la tripulación. El aparato quedó partido a la mitad y una de las primeras hipótesis de las investigación, es el exceso de velocidad.